La cerveza se considera artesanal, básicamente, cuando no se utilizan aditivos químicos. Además, se caracteriza por ser elaborada mediante un método que -a pesar de tener algunas máquinas y filtros- contempla varias tareas manuales, tales como la adición de grano, lúpulo y agua; además del lavado de los instrumentos que se usan en este proceso.
Este proceso manual que involucra la cerveza, permite que cada "maestro cervecero" pueda elaborar una cerveza única gracias a la selección y combinación de ingredientes, con características particulares, que se diferencien claramente de su eventual competencia.
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